Celebración boda francesa en Galicia

Y es que la clave está en querer. Es el lema de A Quinta da Auga y esta boda lo ha representado desde el inicio. Su esencia ha sido, sin duda, querer. Jose y Bérénice nos sorprendieron desde el principio por tener las ideas muy claras: querían casarse en A Quinta da Auga, querían que fuera en el invernadero y querían que fuera un sueño en donde su unión se viera arropada por sus seres más queridos y por una cuidada estética. Y lo más sorprendente, no querían que fuera en Francia, su país, sino en Galicia.

La sensibilidad de los novios por la decoración (muy alineados con los valores de A Quinta da Auga) hizo posible que el Salón Invernadero mostrara todo su espelendor. Cada detalle estaba pensado, y en cada paso que iban dando vimos como poco a poco se iba materializando la boda de ensueño que tenían en sus pensamientos.

La boda y decoración

Luces, mariposas, plantas colgantes, velas flotantes, un arco con la naturaleza más pura como protagonista, el murmullo del río Sar y una mesa puesta con mimo y sin ostentación. La elegancia y la magia se unieron en este entorno para que, Jose y Bérénice, que sabían exactamente lo que buscaban pudieran tener la boda de sus sueños.

El trabajo conjunto de Xulián Florsitería y la propia decoradora de los novios (Sandy de decoevenementiel), que viajó con ellos desde Francia, hicieron posible que el salón brillara con luz propia (literalmente). Un resultado que nos debe inspirar para bodas futuras por su elegancia, cuidado y exquisited.

Verde y blanco. Una combinación clásica, limpia y que además resaltaba la belleza natural del entorno. Una harmonía que se llenaba de luz con las numerosas velas que colgaban del salón y estaban presentes en cada estancia que junto con la papelería en distintas texturas creaban un ambiente idílico.

La boda no contó con más de 50 invitados. Todos ellos vinieron desde Francia para acompañar a la pareja en un día muy especial: familia, amigos y los más allegados de la pareja se quedaron en A Quinta da Auga durante 2 días para acompañar a sus amigos. Juntos, celebraron la boda que siempre habían soñado, en donde cada detalle estaba pensado y los invitados eran tan protagonistas como los novios.

Todo bajo un cuidado dress code en verde que remataba de ensamblar lo que fue una boda llena de cariño, amabilidad y belleza.

Un menú de boda muy pensado

Siempre que las cosas se hacen queriendo y con amor, el cariño se ve reflejado en cada una de las elecciones tomadas. Comenzaron con unos aperitivos muy gallegos en donde no pudieron faltar las ostras y el «pulpo a feira» amenizados por Le Bar Luthier. Como era de esperar, la pareja escogió con mimo cada plato para mostrar la esencia del destino que habían escogido con tanto anhelo: Santiago de Compostela. Y todo ello se vio reflejado en un menú cargado de producto autóctono de primera calidad y, como es habitual en A Quinta da Auga, de KM0.

Nos encantó además, cómo estaban montadas las mesas. Con diseños propios y regalos para los invitados que se unían a la perfección con los detalles habituales que se ofrecen en las bodas en nuestro hotel. Un símbolo más de la complicidad y el resultado del trabajo en conjunto bien hecho.

…la clave está en querer….

Y es que en definitiva, el éxito de esta boda estuvo en querer: en quererse, querer a los demás y dejarse querer. En querer que pasara y creer que lo que querían podía hacerse realidad de la mano de nuestro equipo. Gracias por la confianza y félicitations au couple marié.

PROVEEDORES:

Decoración floral: Xulián Floristería

Decoración: Sandy – decoevenementiel

Fotografía: Camper Fotografía

Música aperitivos: Le Bar Luthier

Música DJ: DJ Zepelin

Oficiante: Borja Rubio

Fotomatón: Polaroid Bus